El mercado brasileño de avicultura es uno de los más promisores del mundo. Para tener una idea clara, los principales exportadores del país venden juntos casi 13 millones de toneladas al año. Y se calcula que ese número aún va a aumentar.
El escenario de ese segmento son extensos galpones del sector avícola para engorde de pollo, con capacidad promedio para supervisar el crecimiento de hasta 50 mil aves por entrega.
El estudio de caso que exploraremos analiza cómo la empresa Afonseca, junto con TagoIo y Khomp, desarrolló un proyecto de supervisión inteligente para un galpón de avicultura industrial usando sensores de IoT para automatizar sus procesos e impedir afectaciones por fallas humanas en el control de la temperatura.
El desafío
La cría de pollos para producción de alimentos de calidad se sostiene en los pilares de la genética, la nutrición, los cuidados sanitarios, el manejo de las aves y la temperatura. La temperatura es una información esencial puesto que, desde el primer día, el pollito debe mantenerse en un entorno cálido y cada semana la ventana de temperatura cambia.
En resumen, cuando el pollito está en las primeras semanas, necesita una temperatura mayor y el pollo adulto una temperatura menor.
En el galpón de este caso, la medición se realizaba con un termómetro tradicional. Y, con el fin de tener un mayor control, se necesitaba a una persona clave: “el de la ronda”. “El de la ronda”, por lo general, es el profesional responsable de estos aviarios fuera del horario comercial. Se trata de una persona que pasa toda la noche circulando entre los galpones para verificar de forma manual las condiciones del ambiente.
La temperatura es el mayor desafío de este tipo de negocio porque:
- El pollo necesita estar en un entorno cálido desde su nacimiento para crecer de forma saludable;
- El ciclo de engorde completo es de 42 días. En este periodo, el pollo pasa 24 h tomando agua y comiendo ración en un ambiente artificial, que debe estar en condiciones favorables y exactas (temperatura, energía y humedad);
- Si se interrumpe la energía en el galpón, el sistema de ventilación puede parar y, según el lote de pollos, podría perderse todo en 30 minutos;
- Otras fallas de energía podrían generar un aumento muy rápido de la temperatura, lo que asfixia al pollo debido a la concentración elevada de CO² y CO;
- Aunque haya buenas prácticas y mejores intenciones, la supervisión humana es propensa a muchas fallas.
La solución
Afonseca instaló en el galpón un sistema completo de IoT, con el ITS 3G de Khomp combinado con el servidor TagoIO. El ITS 3G es un dispositivo standalone que recopila datos de temperatura, humedad, energía y funcionamiento del sistema de ventilación en una ventana preconfigurada (de 15 en 15 min, por ejemplo). Por su parte, el servidor TagoIO procesa estos datos y crea alertas y alarmas de acuerdo con el escenario.
En los galpones, la solución integrada logró supervisar de forma inteligente la franja ideal de temperatura por semana. El sistema creó parámetros diferentes de acuerdo con el crecimiento del ave: la primera semana la temperatura es “x”, la segunda es “y”, la tercera es “z”. Si algo se escapa de lo esperado, se activan alertas de inmediato en la aplicación Tago y se envían al cliente por correo electrónico, mensaje de texto o Telegram.
Además, se usó un script para hacer análisis más precisos de cada situación. Por ejemplo, si falta electricidad, el sistema genera una alarma cada 5 minutos de forma continua, notificando la necesidad de una acción inmediata. Se trata de reacciones diferentes pensadas para diferentes niveles de urgencia.
Los resultados
Frases como “creo que este galpón no está bien porque podría estar muy caliente” eran comunes antes de la implementación del sistema de IoT. Pero se basaban en una percepción o intuición, ahora se fundamentan en datos. Ver estas informaciones detalladas fue primordial para identificar problemas, encontrar soluciones y aumentar la producción de pollos.
Además, el historial conquistado tras un año de supervisión continua permitió encontrar patrones que interferían en la calidad del producto final. Y esto ayudó al avicultor a tomar decisiones asertivas de inversión.
Resultados importantes para el segmento de avicultura:
- Con los sensores, la empresa ya no depende exclusivamente del “de la ronda”, el profesional que realizaba la supervisión en el periodo nocturno;
- El control de temperatura, humedad, energía y funcionamiento de los ventiladores de múltiples galpones ahora se realiza en tiempo real;
- Se redujeron los riesgos para este tipo de producción, en la que cualquier detalle afecta la calidad y rentabilidad de la entrega;
- Aumentó en gran medida la sensación de seguridad al saber que se envían notificaciones si ocurre alguna falla en el sistema de refrigeración y calefacción;
- La facilidad también es otra ventaja, al poder darles seguimiento a las informaciones en la palma de la mano, mediante la aplicación, desde cualquier lugar del mundo.
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